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Lo mejor a la hora de empezar una ruta o paseo es partir de un lugar céntrico, que sea fácilmente reconocido y al que se pueda llegar sin mayor problema. Después de seleccionar varios lugares decidí decantarme finalmente por el parque San Julián para comenzar nuestro paseo; un lugar céntrico para comenzar nuestra ruta y perfecto para recorrer varios lugares emblemáticos de la ciudad de Cuenca. Solo espero que disfrutéis esta aventura tanto como yo he disfrutado realizándola para vosotros.

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Parque San Julián

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Al llegar al Parque de San Julián lo primero que llamará nuestra atención es la cúpula que se encuentra en su zona central. Antiguamente se utilizaba como escenario donde actuaban músicos y cantantes, pero hoy en día su utilidad es más decorativa, pues se monta un escenario más grande y preparado para realizar actuaciones en el lugar. Sin embargo, todos los años algún músico nostálgico pide permiso en el ayuntamiento y vuelve a tocar en la cúpula para recordar a los conquenses lo importante que fue esa zona de la ciudad.  Aparte de la cúpula, también cuenta con dos hermosas fuentes formadas por un niño montado encima de un cisne que son bastante vistosas y reconocibles para cualquiera que ya las haya visto.

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Este parque suele ser una zona bastante poblada. Podemos encontrar personas que vienen a pasear por sus anchas calles, a sentarse en sus numerosos bancos o a niños que juegan con la arena y en los columpios. El parque San Julián fue uno de los parques más importante de Cuenca, pues durante casi cien años ha sido el elemento de referencia esencial para la vida colectiva de la ciudad. En el libro “Así nació el parque de San Julián” de Jaime Rodríguez Laguía se puede encontrar más historia acerca del nacimiento de este parque y de la importancia que tuvo para la época en la ciudad de Cuenca.